Nido Blando

Quedarse en casa

¿Qué pasa si cuando se decretó la cuarentena estabas en el fin del mundo? 
viernes, 20 de marzo de 2020 · 19:00

La pandemia de coronavirus nos desafía a quedarnos en casa, a lavarnos las manos de un modo más exhaustivo que de costumbre, a no tocarnos la cara, a nunca más saludarnos con un beso, a estar más que nunca atentos a las señales del cuerpo, a cuidar muchísimo a nuestros adultos mayores y, sobre todo, nos desafía a quedarnos en casa por días y días. 

Pero, ¿qué pasa si estabas a 15.000 kms. de tu lugar cuando se decretó la cuarentena? ¿Qué pasa si te aislas con familias que nunca viste en tu vida? ¿Qué hacés cuando sos Roberto Berbel?

 

Para personas como Elise Hofmar y Marcel Van Schagen la gran pregunta es: ¿Dónde es casa?

Ellos, holandeses los dos, estaban rodanteando por la isla de Tierra del Fuego cuando el gobierno nacional dispuso el aislamiento social y luego la cuarentena total. Con la consigna de no circular para frenar la propagación de la peste, Elise, Marcel y sus dos hijos de 9 y 7 años, hicieron del Camping Hain, en Tolhuin, su nueva casa. 

 

 

Cuando lejos es cerca

“Empezamos el viaje en agosto, en Panamá. Cruzamos a Colombia en septiembre, compramos un auto en Santiago, en diciembre, y bajamos a Chile. Luego cruzamos a Argentina y llegamos a Ushuaia”, nos cuentan Elise y Marcel, quienes viajan con sus hijos Elke y Sabijn. 

¿En qué momento de la travesía los frenó la cuarentena? A través de una foto con el texto escrito a mano, nos responden: “Estábamos listos para subir por la ruta 3 y recorrer otros lugares de Argentina, después Bolivia, Perú, etcétera. Intentaremos volver a Holanda en julio o agosto, ahora es todo inseguro. Esperamos las noticias”. 

 

“En el quincho del camping, Delia, la madre de mis hijos, y Germán, mi hijo mayor, dictan dos horas de español por día”

 

Seguros y felices

Roberto y Angélica, de Chile, también se quedan en casa, en el camping de Tolhuin. “Nos sentimos seguros, protegidos y nos preguntamos qué nos deparará el camino. Volvemos para proteger y cuidar a nuestra familia, pero nos hubiéramos quedado felices”.

Vidas cruzadas 

La travesía cruzó los caminos de los viajeros holandeses y los chilenos con Melisa y Basil, de Argentina y Suiza, quienes partieron de La Plata el 29 de febrero, cuando la pandemia ni siquiera había sido definida como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

 

“Preparamos nuestro viaje casi dos meses antes. Salimos en una Kangoo que tuvimos que reparar más de una vez. Pero, aún así, no perdimos el entusiasmo por conocer el Sur. La fecha de salida se extendió más de lo esperado, pero con retrasos, arreglos y ensayos de salidas previas, agarramos ruta”, nos cuentan a través de un mensaje de Whatsapp.

Para cuando los viajeros llegaban a Tierra del Fuego, la noticia del coronavirus ya no era exclusiva de la sección Internacionales de los diarios. Lamentablemente, el virus ya estaba en nuestro país. 

 

“Trabajando con los niños. El idioma no es barrera”

 

“En las fronteras nos hicieron algunas preguntas de control, nos brindaron información de cuidados y, a pesar de lo que nos íbamos enterando, mantuvimos la calma. La incertidumbre crecía así que nos empezamos a replantear quedarnos unos días en algún lugar. Nuestro destino era Ushuaia, pero ya era tarde, y decidimos hacer una parada en Tolhuin”, cuentan Melisa y Basil.

La Patagonia hizo de las suyas

“Llegando, el paisaje nos empezaba a cautivar, entramos al pueblo y nos empezaba a encantar, así que no dudamos en buscar un lugarcito por acá. Después de algunas vueltas  llegamos al Camping Hain, atraídos por la belleza del camino hacía allí, de este lugar que queda al pie del lago Fagnano. Nos hospedamos acá sin saber lo que se venía, pensando que sólo serían unos días. Por la noche la cuarentena ya era un hecho, las fronteras ya estaban cerrando y los controles ya eran más estrictos. Al otro día estaba todo establecido: quedarse en un lugar, comprar lo necesario para comer y esperar los 14 días que se venían”, nos dijeron.

 

“Este lugar se llama ´La Matera´, que es un refugio compartido. Las familias que están aquí pasan gran parte del día en este espacio”.

 

“Nosotros pensamos que no podíamos estar en un mejor lugar para hacer la cuarentena, un espacio cálido y calentado a leña, un lugar con aire puro, la belleza a la simple vista y el lago que te cautiva con su inmensidad. Esperemos que después de estos días todo esté más tranquilo, que aprendamos de esta quietud que se nos impuso por nuestro propio bien y que todo por venir sea consciente, colectivo y sigamos creciendo. Pura vida”.

“La Beboune family on the road again”

Los cuatro franceses recorrieron el mundo desde la Guyana hasta Tolhuin en un motorhome que reza “La Beboune family on the road again””

Los cuatro miembros de la familia viajera -Mag, Micka, Noa y Mae- en este mismo momento están estacionados frente al Fagnano y seguramente piensan que los caminos de la vida  no son lo que pensaban, no son los que creían y así pasan sus días de cuarentena en el fin del mundo.

 

Dejamos para el final una historia “piel de gallina”

Los viajeros adoptaron el Camping Hain, frente al Lago Fagnano, como su casa. Y Roberto Berbel y su familia hizo que todos ellos se sintieran en su hogar. Ellos son los protagonistas de la verdadera historia que les queremos contar y mostrar hoy. 

La “historia piel de gallina” es la de esta familia de fueguinos que organiza tardes de arte con material reciclado para los niños, que los motiva a hacer cuadros que decoran las paredes de madera del camping, que lleva a Delia (la madre de los hijos Berbel) a dar clases de español a quienes no hablan el idioma, que motiva a todos a juntar leña para darse calor, para entretenerse y, sobre todo, para sentirse familia que se cuida.

 

“Juntamos leña y los chicos holandeses y franceses hicieron cuadros”.

 

“Estoy con muchas pilas, como de costumbre, y haciendo reír a todos para que no se bajoneen. Hoy llevé al francés, al suizo y al holandés a cargar leña del lago para que mantengan la estufa del refugio a full. Me agradecían poder vivir una experiencia de este tipo”, nos cuenta Roberto, que siempre nos asombra con su espíritu alegre (ya les contaremos más adelante qué otras hazañas maravillosas puso en marcha este fueguino).

 

Roberto nos comparte cómo guía a sus nuevos compañeros en estos días inciertos. “Les dije que hagamos de cuenta que estamos en guerra y debemos mantenernos quietos para que no nos descubran. Pero, a la vez, debemos procuramos el calor del hogar y la comida”.

Tarea para el hogar

“Acá está permitido que salga una persona designada a hacer las compras. Ahora salieron la chica de La Plata y el suizo; van los dos porque ella no maneja. Se baja una sola persona a comprar”, dice Roberto explicando cómo es la organización del día a día. 

 

 

Como un verdadero cronista desde Tolhuin, nos dice que “la ruta 3 fue cerrada así que quedamos aislados en salidas. Sin embargo, los camiones con combustible y comida en la frontera argentina-chilena pueden transitar para que no haya desabastecimiento. Si necesitan remedios, hay dos farmacias en Tolhuin, y está el hospital para problemas graves”.

 

Leandro (nieto de Roberto),  Delia,Germán, Manuel, Andrés y Roberto

 

La pandemia nos desafía. Hay quienes aprenden a lavarse las manos, a no saludar con un beso y a mantenerse aislados sin alterarse. Sepamos que en la Patagonia hay quienes aprenden todo eso y también redefinen la humanidad en su sentido más profundo. Hay quienes, como Roberto y su familia, nos enseñan que cada crisis es una verdadera oportunidad para dar amor. 

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