Cuando el amor es más fuerte

Los animales y la guerra

El rescatista italiano Andrea Cisternino alberga en su refugio más de 400 animales.
lunes, 28 de febrero de 2022 · 12:16

Andrea es fotógrafo de profesión, en su país se destacó como fotógrafo de modas, pero un día dejó todo y junto a su esposa Vlada Shalusko, decidió radicarse en Ucrania para denunciar y poner freno a los “ cazadores de perros”, personas que capturan y matan a perros de la calle.

No fue una tarea fácil, debió luchar contra el rechazo de estos grupos y a los dos años de abrir el albergue, el lugar  fue incendiado y el fuego causó la muerte de 70 perros. “Nadie vino a ayudarnos”, cuenta Andrea, “ni siquiera los bomberos, logramos sacar los perros que pudimos hasta que el fuego se volvió incontrolable”.

Pero la adversidad no hizo que se rindiera y construyó un nuevo refugio, el Italia JK2. El nombre es en homenaje a una osa que perdió la vida a manos de la violencia en Tentino.

 En el lugar de 20.000 mts.2, ubicado a 30 kms. de Kiev, donde por estas horas los bombardeos son incesantes, Andrea alberga a algo más de 400 animales entre perros, gatos, vacas, caballos, ovejas y hasta gallinas.

El lugar cuenta con establos, almacenes, cocina y su propia clínica veterinaria.

A pesar de los ataques del ejército ruso, la rutina es la de siempre, recorrer las calles de la ciudad y sus alrededores, para rescatar animales heridos o abandonados.

“Siempre defenderé mi trabajo por los animales, y con esto no hago política, solamente los salvo.”

De ésta manera responde a las críticas  de quienes lo acusan de vivir del dinero que recibe de las donaciones.

Quienes trabajan como Andrea, en todas partes del mundo, incluido Neuquén, rescatando, curando y alimentando animales maltratados, atropellados y librados a su suerte, saben que los costos siempre superan a las buenas intenciones y que es necesario acudir a la solidaridad de la gente para poder seguir ayudándolos. Ellos también saben de los comentarios malintencionados y de las críticas, pero nada de eso los detiene.

Ahora Andrea se enfrenta a otra adversidad, la guerra, pero nada lo hará rendirse, ni siquiera los proyectiles que ha visto sobrevolando el refugio.

El rescatista ha tomado la previsión de abastecerse de combustible, alimento para él y sus animales, con la esperanza de que termine el conflicto mientras esté a salvo junto a ellos.

A pesar del grave riesgo de quedarse en la zona,  está tan comprometido con su trabajo, que no concibe la idea de abandonarlos.

”He decidido quedarme y morir aquí junto a ellos “, manifestó Andrea hace unos días.

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