Etología

Los perros ¿sienten amor?

Durante mucho tiempo se puso en duda este sentimiento, sin embargo se ha demostrado que también sienten otras emociones.
sábado, 26 de marzo de 2022 · 12:42

Todos quienes tienen o hayan tenido un perro, pueden afirmar que los perros sienten amor. Además, que se trata de un sentimiento puro y desinteresado.

Sin embargo, hay quienes aseguran que todo esto es irreal y que en realidad lo que el animal manifiesta es una sumisión, por momentos temerosa, por tantos años de domesticación. En el mejor de los casos, dicen que sólo se trata de un comportamiento aprendido para asegurarse su manutención.

Lo cierto es que, hasta hace poco tiempo, la fidelidad y la abnegación de los pichichos por sus tutores estaban en duda. Los científicos aseguraban que no existían emociones genuinas en su amoroso comportamiento.

Sin embargo, a comienzos del siglo XX, la etología, disciplina que estudia el comportamiento animal, reconsidera el tema y lo estudia a fondo.

Si bien los resultados aún son resistidos por algunos estudiosos, se ha demostrado que los perros sienten amor y que también manifiestan otras emociones, como alegría y tristeza. Además, son capaces de identificar esas emociones entre sus compañeros de especie y también en los humanos.

La actividad cerebral de los canes, no está limitada a simples respuestas ante estímulos negativos o positivos. Lo que más sorprende, es que el procesamiento de las emociones es igual de complejo que el de las personas, en líneas generales.

Uno de los descubrimientos más reveladores es que los perros y los gatos producen oxitocina. Esta hormona, está implicada en la activación de una serie de circuitos neuronales relacionados con sensaciones agradables, entre las que se encuentra el amar.

Tanto en animales como en humanos, esta sustancia química en el cerebro es determinante para establecer lazos afectivos entre madres e hijos. En los  perros de compañía, la oxitocina influye en el carácter amable y sociable que la mayoría de ellos demuestra y también en la confianza que depositan en sus cuidadores.

Otro de los hallazgos de los etólogos y neurobiólogos, es que la capacidad de sentir amor de éstos animales es discrecional. Es decir, que hay algunos más cariñosos que otros pero esto no implica que las muestras de ternura sean para todos. Quienes utilizan el castigo y la violencia para educarlos, van a generar miedo y temor, pero nunca amor.

Aunque lamentablemente hay excepciones, la mayoría de las familias que adoptan un perro les brindan privilegios de miembro de la manada. El animal retribuye el trato y puede llegar a venerar a su cuidador. Hay algunos que hasta llegan a entregar su vida para defender a su manada.

Los etólogos continúan tratando de determinar qué hay más allá del amor y las muestras de cariño. Han descubierto que son capaces de alegrarse y entristecerse, de acuerdo a los estímulos que reciban del entorno ¿Quién no ha simulado llorar tapándose la cara para comprobar el efecto que esto le produce a su perro? El resultado, un animal afligido, lamiendo manos y gimiendo con desesperación. Y si un integrante de la familia está enfermo, seguramente no se moverá de su lado.

Pero también el efecto contrario como la alegría, puede transmitirse a nuestros amigos y hacerlos sonreír. Las risas, por ejemplo,  son contagiosas.

Y al igual que ocurre con los animales humanos, si hay un sentimiento imposible de disimular en los perros, son los celos. Cualquiera que haya vivido la experiencia puede certificarlo.

Algunos de ellos son más elocuentes para demostrar su cariño, los movimientos frenéticos de su cola son señales evidentes, pero hay otras muestras claras de su enamoramiento y alegría, lamidos incansables de manos y rostros e invitaciones constantes para jugar.

Si alguien te preguntara ahora si los perros sienten amor... ¿cuál sería tu respuesta?

Hasta la próxima.

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