CICLO DE VIDA

Los animales ¿tienen Alzheimer?

Igual que los humanos, perros y gatos padecen enfermedades neurodegenerativas.
domingo, 3 de abril de 2022 · 00:00

Nacer, crecer, reproducirse y morir. El ciclo de los seres vivos se resume de esa manera. Sin embargo, estas etapas se manifiestan de distintas formas en las diferentes especies. Por ejemplo, mientras que los insectos, los reptiles y las aves nacen de huevos, los mamíferos tienen embriones que se desarrollan dentro del cuerpo de la madre.

El período de preñez de un perro dura aproximadamente 2 meses ( entre 58 y 65 días). En los gatos, el período puede extenderse un poco más (entre 64 y 67 días).

La expectativa de vida de los canes depende de la genética, la raza y el ambiente donde vivan. Algunos,  como los malteses, los caniches y los salchichas son muy longevos, suelen vivir hasta los 15 años o más. Los perros grandes tienen un promedio de vida de entre 8 y 10 años y los medianos entre 12 y 15.

Por su parte, los gatos hoy en día suelen vivir hasta los 15  o  20 años algunos, dependiendo también del ambiente donde transcurra su existencia.

El ambiente y las condiciones de vida también son un factor determinante para la esperanza de vida. Un animal mal alimentado y sometido a riesgos físicos y estrés, tendrá una posibilidad menor de salud, calidad de vida y longevidad.

Pero vayamos a la experiencia de  un perro o un gato que gozan de una vida placentera, adoptados y cuidados responsablemente, alimentados saludablemente, controlados periódicamente por un médico veterinario y recibiendo una dosis diaria de juegos y cariño. El paso del tiempo también llegará a sus vidas y con ello, el desgaste propio de todo ser vivo.

Enfermedades como el cáncer, la diabetes y la epilepsia suelen aparecer en ésta etapa, pero también el Alzheimer, sólo que en gatos y perros se llama Síndrome de Disfunción Cognitiva Senil (SDCS).

Este síndrome es muy parecido en humanos y en animales. Los primeros síntomas se manifiestan de formas similares, se olvida lo aprendido.

 Así el animal olvida lo que le enseñaron  y comienza por ejemplo, a orinar y defecar en lugares donde antes no lo hacía, sin la contención de los frenos inhibitorios.

Otra cosa que se puede notar, es la alteración del sueño y la vigilia. El perro o el gato que dormía toda la noche, ahora deambula durante la noche y duerme durante el día, o a las 2 o las 3 de la mañana gime sin motivo.

También el carácter sufre cambios. El perro que era gruñón, ahora está más tranquilo o aquel perro sociable y juguetón se torna malhumorado.

Estos síntomas deben llamar la atención y se debe hacer una consulta con un profesional. Afortunadamente, la geriatría veterinaria y la gerontología tienen medicación para aliviar y acompañar ésta etapa de la vida de nuestros afectos.

La esperanza de vida es una condición genética que nos acompaña desde el principio de la vida. De la forma en que tratemos a los animales, dependerá que coincida con la longevidad.

Y no olvidemos que la vejez no es una enfermedad, es tan solo una etapa de la vida. Hacia allá vamos todos.

Hasta la próxima.

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