La pandemia en Neuquén

Jugando al límite, entre el distanciamiento y el aislamiento

El Presidente Alberto Fernández “pateó” la Cuarentena estricta, en AMBA, hasta el 15 de julio. Neuquén va contra la circulación del virus en el área metropolitana. Los excluidos, víctimas de la Coronacrisis, se hacen oír cada vez más fuerte.
domingo, 28 de junio de 2020 · 12:50

Llegó la nieve y con ella los contrastes. El festejo y la bienvenida estuvieron a cargo de una gran mayoría habitantes de la región que salieron a cazar cuanta imagen se les presentara para luego difundirlas en las redes sociales. Los medios, obviamente, fueron detrás del fenómeno social y dieron espacios generosos al festejo popular. Un "recreíto" para tanta contabilización de enfermos y decesos por Coronavirus, no les vino nada mal. La parte simpática de esta primera nevada de junio. El manto blanco cubrió todo el sur, centro, Confluencia de la provincia. En el norte alcanzó las zonas más altas de la cordillera, hasta El Huecú. Este fin de semana el gabinete provincial testeó minuto a minuto la situación de los pobladores rurales. El informe de última hora del sábado indicaba que el corredor rural que va desde Junín de los Andes hasta El Huecú, estaba comprometido y en muchas zonas había comunidades aisladas. Vialidad Provincial, EPEN, y agentes del sistema de atención sanitaria rural trabajaron intensamente para recuperar la conexión, terrestre, con cada una de las comunidades afectadas. La relatado no es nuevo. Sucede cada año. Los protocolos de actuación se disparan de manera natural y la situación se encauza con el promediar del día posterior al momento más crítico. Hay previsión y los jugadores conocen el territorio de memoria. Allí radica, también, la tranquilidad de los damnificados. Saben que hay que aguantar el chubasco y ponerse a resguardo hasta que llegue la asistencia.

 Contrastes

En Neuquén capital se da una particularidad que cuesta entender o bien no hay mucho ánimo, en esta época de Pandemia, para dar explicaciones. El temporal de nieve de los últimos días, figuraba en los pronósticos del tiempo desde hace dos semanas atrás. El 20 de junio, las estructuras del gobierno provincial y de los municipios sabían lo que se avecinaba. Hace 15 días, cuando comenzaron las temperaturas bajas, vecinos de distintos barrios de la periferia capitalina reclamaron, ante los micrófonos de AM 550 y 24/7 Canal de Noticias, la necesidad de contar con leña o gas en garrafa para calefaccionarse. La búsqueda de información para poder dar respuestas a los oyentes demandó dos semanas. El silencio impuesto por las autoridades de desarrollo social de provincia es hasta hoy incomprensible. La semana pasada una familia de Valentina Norte Rural sufrió el incendió de su vivienda. Las llamas también se llevaron la vida de un pequeño de 12 años. La situación obligó a los vecinos a plantarse sobre el pavimento de la calle que comunica la Autovía Norte con Ruta 22, conocida como bajada de Maida, exigiendo las obras de infraestructura que garanticen gas, agua y electricidad domiciliaria. Los manifestantes indicaron que en la actualidad en el sector hay 400 familias sin esos servicios. El reclamo lo tomó el Defensor del Pueblo, Ricardo Riva, que medió ante Provincia y municipio.

Los números que no alcanzan

El gobierno de la provincia, en Neuquén capital, semanalmente distribuye 17.500 garrafas. Lo hace en 35 puntos fijos que están ubicados en las zonas más vulnerables de la periferia. Los camiones llegan a cada uno de los puntos y reparten en cupos de a 500 unidades. El sistema de entrega es muy simple. Cada familia esta incluida en un padrón de beneficiarios y se les entregan uno o dos bonos de gas por semana, de acuerdo a los metros cuadrados cubiertos de la vivienda que ocupa. Esos bonos son canjeados por garrafas con gas cada vez que el camión “garrafero” se hace presente, semanalmente, para la entrega. El número de garrafas entregadas es importante pero hay mucha gente que siempre queda afuera del reparto. En los papeles, se da crédito de la asistencia comunitaria que se realiza; pero la realidad indica que muchas de esas familias llegan, al camión de reparto, con su bono en mano y como respuesta reciben un “no hay más”. La situación se repite en cada uno de los 35 puntos de reparto. El sistema no está funcionando como se lo muestran en pantalla al gobernador. Hay muchas familias que demandan garrafas con gas, Desarrollo Social muestra las cifras de la cantidad de “bonos gasíferos” que distribuye mensualmente dando por entendido que se llega a todos. Los números no cierran. Sobran bonos, en papel, faltan garrafas o “alguien” no está garantizando la llegada de la totalidad de los cilindros al territorio.

Más gas y más leña

La administración municipal de Mariano Gaido tomó nota de la situación y desde hace 20 días trabajan en corregir el déficit denunciado en los barrios. En las próximas semanas, fruto de un acuerdo con el gobierno de la Provincia y Nación, se hará de 10 mil envases de garrafas. Diego Cayol, Secretario de Desarrollo Social y Turismo municipal, anticipo que con la incorporación de ese número de garrafas en el circuito social se dará solución, con creces, al faltante detectado. Con respecto a la demanda de leña, hasta el momento la cartera social provincial no informó sobre el funcionamiento del plan Calor en la capital provincial. En la actualidad más de 700 familias estarían sin recibir leña.  Los grupos están ubicados en las zonas más alejadas del oeste. Según lo que pudimos determinar durante una recorrida que hiciéramos la última semana, la zona roja sin contención de leña iría desde Valentina Norte Rural hasta Nueva Esperanza Rural, pasando por todo el cordón periférico de los asentamientos ubicados entre el corredor de calle Novella y el cordón de bardas próximo a la meseta. El aumento de la densidad poblacional, permanente, de los últimos años convirtió a dicha zona en receptora de familias enteras que venían a radicarse a Neuquén desde distintas provincias de nuestro país, Chile, Paraguay, Colombia y Venezuela. Hoy es una usina de demandas de contención social. Los recursos provinciales y municipales son escasos y la coyuntura no es de las mejores. Así y todo, en la última semana el intendente Gaido exigió reforzar las partidas de leña. El registro del año pasado, según las autoridades actuales, indica que para todo el invierno se distribuyeron 20 mil kilos de leña. Para tener una idea, el año pasado la demanda se subsano con tan solo un equipo completo de leña. Esta semana el gobierno comunal adquirió 840 mil kilos de leña, el equivalente a 42 equipos completamente cargados. Según indicó Cayol, el volumen comprado permitirá llegar con tranquilidad a todas las familias que están demandando leña para calefaccionar sus hogares.

Los “nuevos” postergados

Lo comentado sirve para explicar que, a pesar del Coronavirus, la sociedad también demanda otras urgencias. Situaciones que no están ligadas directamente a la Pandemia y que siguen siendo muy importantes para la comunidad. La demanda de asistencia de gas en garrafas y leña, son tan solo dos ejemplos de situaciones que se plantean ante los micrófonos de AM 550 y 24/7 Canal de Noticias. Pero también es nuestra obligación advertir sobre la situación de olvido en la que se encuentran miles de pacientes del sistema de salud público privado. De los 100 días de cuarentena, más de 70 jornadas fueron dedicadas pura y exclusivamente a la lucha contra la Pandemia. Analistas, sanitaristas y médicos especialistas en salud mental así como reconocidos pediatras están advirtiendo sobre las secuelas que ya comienzan a pronunciarse en nuestra población durante estos cien primero días de encierro. Personas mayores que fueron “obligadas” a dejar de lado sus tratamientos o postergar las citas con sus médicos para después de setiembre, bebes nacidos sobre fines de diciembre principios de febrero que avanzan en sus vidas sin asistir a los controles de rigor y librados al buen tino de sus padres; son otros de los ejemplos que podemos citar en esta columna. También la exclusión de los “nuevos pobres extremos” es un tema que los gobernantes deben tener en cuenta. Cada vez son más, en número, los y las jóvenes desocupados “cabeza de familia” que salen a pedir alimentos casa por casa en los barrios, del oeste, menos afectados por la Coronacrisis. Todos síntomas que deben encender las luces de alerta. Llegamos a los cien días de cuarentena contando contagiados y decesos, es hora de que el foco también esté puesto en los que resisten y sobreviven, no vaya a ser cosa que la paciencia se colme y del aislamiento pasemos al estallido.

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