Las variables a tener en cuenta

Un escenario petrolero complejo para Vaca Muerta

Comenzó la primera semana de un nuevo año, de una nueva década, y las noticias que irrumpieron en estos días pusieron en alerta a los mercados que son sensibles a los acontecimientos geopolíticos.
lunes, 6 de enero de 2020 · 17:56

Desde hace algunos meses se intenta justificar que la desaceleración de la actividad petrolera en Vaca Muerta respondió a las decisiones de los gobiernos nacionales, sin tener en cuenta el contexto geopolítico y el mercado internacional.

La realidad es que los medios internacionales y las principales consultoras energéticas ya no hablan de la formación geológica neuquina ni de las perspectivas de crecimiento. Los temas de agenda pasan por la retracción de la industria y las perspectivas poco alentadoras del mercado global.

Hace algunos meses el Wall Street Journal advirtió una desaceleración en la producción de petróleo de esquisto. Según el diario norteamericano, el rendimiento de los pozos no convencionales está por debajo de los pronósticos, lo que demanda un flujo de capital constante para sostener el nivel de los campos.

En cambio, los proyectos petroleros convencionales están demostrando tener un retorno de la inversión más estable que la explotación no convencional. Lo innegable es que el auge de la perforación de esquisto bituminosos en las cuencas norteamericanas alimentó una deuda de más de U$D 40 mil millones que las empresas petroleras deberán pagar este año o hacer frente a la quiebra.

La actual ola de deudas obligó a las empresas a desacelerar lentamente la producción motivada por el agotamiento financiero y la poca paciencia de los inversores. Este escenario está poniendo en riesgo el rol de los Estados Unidos en el mercado internacional del petrolero.

Donald Trump apoyó sin restricciones a la industria llevando a ese país a convertirse en un importante exportador de crudo, lo que le significó tener un rol estratégico en el mercado que pudiera contrarrestar las decisiones de la OPEP manteniendo equilibrado el valor del barril.

Este año habrá elecciones en Estados Unidos, y la reelección de Trump garantiza la continuidad de esta política. Una posible victoria demócrata podría generar mayores restricciones a la industria petrolera, nuevas regulaciones y otros impuestos dirigidos a los combustibles fósiles. Algo que los empresarios comenzaron a tener en cuenta en este delicado tablero de ajedrez.

A pesar de los recortes de producción impuestos por la OPEP, el barril se mantuvo en la zona de U$D 60 con algunos picos que rosaron los U$D 70. Según los analistas internacionales, "es probable que algunos miembros de la OPEP y Rusia pidan el fin de los recortes en el momento en que tengan suficiente evidencia de que el auge de la producción norteamericana esté perdiendo fuerza”.

Bajo este escenario, y con el pronóstico que la producción mundial disminuirá de 1.6 millones de bpd en 2019 a 1.1 millones de bpd en el 2020 según el último informe de la EIA, los precios del petróleo para este año podrían mostrar un repunte; algo que los analistas definen como “una música para los oídos de los toros del petróleo y la familia real saudita”.

Lo que sí está en dudas es el momento. En la actualidad los mercados sufren un exceso de oferta y por este motivo los analistas consideran que se mantendrán los recortes, siempre y cuando las variables geopolíticas se mantengan “estables”.

El riesgo geopolítico continuará cerniendo los mercados petroleros

No cabe duda que el 2020 comenzó con un enfrentamiento en la embajada de Estados Unidos en Bagdad y continúo con un ataque al poder militar de Irán. Aún así, hay que tomar en cuenta la guerra civil en Libia, los disturbios en Venezuela y el resto de los conflictos de Medio Oriente para establecer un cierto riesgo en el suministro mundial de petróleo, lo que significa un aumento del crudo a nivel mundial.

Esta descripción no quita analizar en forma paralela una posible nueva confrontación entre Washington y Beijing. Hay que tener en cuenta que la reducción arancelaria entre ambos países evitó una recesión económica, pero un retroceso o repentino giro comercial podría tener una mayor incidencia sobre los precios del petróleo y consecuentemente una caída en la demanda.

Como se aprecia, la preocupación por el valor del crudo pasa por la demanda mundial y el suministro de la OPEP. El esquisto estadounidense actualmente juega como comodín en este escenario mientras las compañías norteamericanas se enfrentan a un ajuste de cuentas. Los riesgos geopolíticos colaboran indirectamente con un precio alto del barril a pesar de la excesiva oferta mundial.

En este análisis general, seguir pensando que la disputa de poder entre Norteamérica e Irán puede repercutir directamente en el desarrollo de Vaca Muerta es pensar que el alunizaje cambio las reglas del mercado. La industria mundial juega fuerte, y en especial en las zonas “calientes”, pero no lo hace en las zonas “inseguras”. Esto significa que Vaca Muerta tendrá que analizar cómo se mueve el mundo, para saber si el mundo la puede volver a mirar y tener en cuenta.

La historia muestra que inversiones prefieren las zonas calientes sobre las inseguras. Por este motivo los empresarios comentan por lo bajo que "la conducta de los gobiernos locales es tan impredecible como lo es el mercado petrolero; y ante esta disyuntiva, los inversores prefieren el mercado y la zona caliente antes que la histeria de los gobernantes".

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