CAPACITACIÓN TRÁGICA

Caso Mandagaray: Tellería responsabilizó a los jefes que cubre

Se conoció el audio de la declaración jurada del Jefe de Policía, aseguró que no sabe quién decidió hacerlo en Bahía Creek, pero él lo aprobó sin verificar el lugar.
domingo, 18 de septiembre de 2022 · 00:00

Pasaron 17 meses y un par de días de la trágica muerte del joven oficial Gabriel Mandagaray. Una vida que se podría haber salvado si quienes debían organizar, verificar y autorizar el curso para ingresar al grupo de elite de la Policía de Río Negro, hubiesen hecho su trabajo. En la últimas horas trascendió la declaración del Jefe de Policía que fue incorporada a la causa, en la que Osvaldo Tellería responsabiliza a los comisarios que organizaron la capacitación y a los integrantes de la cúpula que lo autorizaron, estos últimos son los que protege administrativamente para que continúen cobrando gran parte de su sueldo y beneficiarlos con la jubilación el año próximo.

Al escuchar las declaraciones del máximo responsable de la fuerza provincial se abren un montón de dudas. Es que Tellería siempre tira la pelota para otro lado y no asume ninguna responsabilidad de todo lo que sucedió en abril del año pasado en Bahía Creek, sobre todo al tener en cuenta que la ley orgánica establece que el grupo de elite COER depende directamente del Jefe de Policía. En el fatídico curso, quedó demostrado los jóvenes aspirantes fueron sometidos a abusos, torturas y vejámenes. También que estaban hambrientos, que no hubo elementos de seguridad, y era nula la previsibilidad para resolver una emergencia porque no había ambulancia ni lanchas de Prefectura para socorrer a quien pudiera sufrir algún problema de salud dentro del mar.

Nuevamente Mejor Informado accedió a información exclusiva que está incorporada en la demorada causa penal, que tiene a los jefes del COER como imputados y a dos integrantes de la cúpula que autorizaron la realización del curso. Una cadena de mando que se cortó con el director de Capacitación y Perfeccionamiento, Carlos Víctor Grasso, y con el jefe de Departamento, Oscar Alberto Szymañsky. Extrañamente no siguió más arriba y evaluar el grado de responsabilidad que le corresponde a Tellería como máximo jefe de la fuerza y poner su firma en la autorización de ese curso.

Desde que se conoció la tragedia, este medio informó todo lo que había ocurrido en Bahía Creek y que tuvo como triste final la muerte de Mandagaray. A las pocas horas de ocurrida la tragedia, se desnudó el pacto de silencio que se intentó desde la Jefatura. Luego la intención de que la investigación no avanzara más allá de Grasso y Szymañsky o el asado que comieron los jefes en la escuela de oficiales luego de la reconstrucción del hecho. Y hace unas semanas desde este sitio se dio a conocer documentación en la que Tellería beneficiaba a sus compañeros de la Jefatura para que sigan cobrando casi el 80% del sueldo como si estuvieran en actividad y además les otorgaba la jubilación a partir del 12 de mayo del año próximo y de esa manera evitar la exoneración.

Ahora, transcribimos parte de la breve declaración de Tellería que fue incorporada en la causa. Entre los párrafos más destacados, el Comisario General reconoce que no tuvo participación en el armado del curso, pero que firmó la autorización para hacerlo.

Solo en la aprobación. Solo en la aprobación. O sea la propuesta viene por parte del Jefe del COER de Viedma, y eso se analiza en el Departamento Académico, una vez analizado lo que hace el Director General de Capacitación es emitir la resolución, refrendarlo y yo lo que hago es firmar la resolución, conforme el análisis efectuado en ese lugar

"Solo en la aprobación", aseguró Tellería al ser consultado si tuvo injerencia en la organización y luego intentó explicar: "O sea la propuesta viene por parte del Jefe del COER de Viedma, y eso se analiza en el Departamento Académico, una vez analizado lo que hace el Director General de Capacitación es emitir la resolución, refrendarlo", y en el medio confirmó que "yo lo que hago es firmar la resolución conforme al análisis efectuado en ese lugar".

Luego más adelante, afirmó que "no hay un reglamento específico sobre el curso, sino que se arma un proyecto y de ahí en más se prepara ". Y con respecto al lugar, "eso corre por cuenta de las personas que van a organizar el curso. Eso es responsabilidad de ellos", enfatizó.

Las dudas de Tellería comenzaron a aparecer cuando se le preguntó por el lugar donde se desarrolló: "A ver eh... yo lo que tengo entendido es que se iba a desarrollar el curso en una primera instancia a un kilómetro de Viedma", e inmediatamente después se sinceró: "después no sé por qué motivo apareció en Bahía Creek".

La pregunta obligada es saber quien decidió el cambio de lugar, pero Tellería contestó con un dubitativo "no, no, no se. No", que generó más dudas que certezas. Y se desligó de esa responsabilidad cuando le consultaron si no le debían informar eso en su calidad de Jefe: "no, porque eso lo tienen que analizar a través de capacitación".

Sobre la temática del curso, la máxima autoridad policial volvió a evadir la responsabilidad y confesó que no estaba al tanto: "a ver, específicamente, sobre la tarea que iban a realizar, no". Tampoco se hizo cargo de quienes debían seleccionar a los instructores y señaló al Jefe del Coer Viedma, el subcomisario Alejandro Gattoni.

Mandagaray murió ahogado por agotamiento físico, lo hicieron ingresar al mar uniformado y sin elementos de seguridad. En la declaración incorporada a la causa, Tellería mencionó que la provisión de elementos no le correspondía a la Jefatura: "eso lo determina también el jefe del Grupo Especial COER  en base al proyecto que presentan". Específicamente sobre la provisión de chalecos salvavidas, torpedo, abrigo, alimentación, quién debería hacerse cargo de esos elementos: "Siempre, osea excepto la alimentación, el resto de los elementos son personales y se le piden a los cursantes". 

En la reconstrucción de los hechos, quedó demostrado que los aspirantes estaban hambrientos y cansados, que los habían hecho caminar cerca de 90 kilómetros, meterse a un tanque australiano y revolcarse entre la bosta de animales. Con respecto a la alimentación, aseguró que "se consiguen a través del área de capacitación o en este caso la Jefatura de Policía depende de la circunstancia". Y en relación a las raciones: "eso lo determina el Jefe del Grupo especial COER, porque es en el momento del curso".

Por último, el Jefe de Policía reconoció que durante el desarrollo no concurrió "al lugar donde estaban haciendo el curso".

La causa lleva 17 meses de investigación y no hay fecha aún para el juicio oral. Las últimas novedades que se conocieron es que la fiscalía y la querella aún esperan algunos estudios específicos que surgieron luego de la autopsia, como un derrame cerebral que podría haber tenido injerencia o no en la muerte del joven oficial, padre de un bebé de pocos meses de vida.

Como responsables de la muerte, se encuentran imputados y separados de la fuerza Alfredo Nahuelcheo, Marcelo Contreras; Maximiliano Vitali Méndez y el coordinador Alejandro Gattoni, por el delito de abuso de autoridad como coautores, en concurso ideal con el delito de incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos y como coautores de homicidio culposo en concurso real con el hecho anterior. En la misma situación deberían estar quienes autorizaron el curso, el director de Capacitación y Perfeccionamiento, Carlos Víctor Grasso, y al jefe de Departamento, Oscar Alberto Szymañsky, pero a estos los beneficiaron y se encuentran a disponibilidad, lo que les permite cobrar casi el 80% del sueldo y ya tienen fecha de retiro obligatorio (jubilación) a partir de abril del año próximo.

 

 

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