INFORME ESPECIAL

El sistema de salud neuquino y su crisis en plena pandemia

Aumento de contagios -muchos en el personal de salud- y camas al límite forman parte de un panorama crítico, donde se admite, aún se espera el pico COVID 19.
domingo, 5 de julio de 2020 · 09:33

La curva ascendente del coronavirus en Neuquén abrió una herida profunda en el sistema público de salud, que dejó en evidencia falencias estructurales de varios años, pero lo hizo en el peor momento: con 569 personas contagiadas, 19 muertes y 340 casos activos. En este delicado escenario, casi en carne viva, se tomaron en las últimas horas dos decisiones netamente políticas: se descabezó al SIEN, equipo de emergencias encargado hasta el viernes de la atención de los pacientes Covid 19 que están en sus domicilios (casi 300) y se redireccionó esa tarea a los centros de salud y los hospitales, bajo la coordinación de la Zona Sanitaria Metropolitana. El tema preocupa, porque desde el corazón mismo del Comité de Emergencias que monitorea la situación, aseguran que “aún no llegó el pico, esperamos lo peor”.

La médica Luciana Ortíz Luna, quien estaba al frente del SIEN, había denunciado en los últimos días la falta de insumos para poder trabajar en condiciones de seguridad, a quienes están en la trinchera, como su equipo. Incluso, salió a pedir donaciones de barbijos, argumentando que los que tenían eran “de mala calidad”. Quizás esa fue la gota que colmó el vaso, de una notoria escalada de enfrentamientos con la conducción de la cartera sanitaria a nivel provincial (Andrea Peve). Un termómetro fueron las redes sociales.

El viernes a la noche, a los pocos minutos de conocerse que habían alejado a Ortíz Luna, hubo comentarios de todo tipo y color. Muchos de esos tuits hoy fueron eliminados, pero no hubo disimulo de internas y facturas dentro del universo MPN y de afuera también.

Una conocida médica del hospital Castro Rendón, por ejemplo, publicó en su cuenta de Twitter: “Por fin se hizo justicia; hoy Neuquén recupera un servicio público”. Otro ejemplo: cuando este diario consultó a la directora del Hospital Bouquet Roldán sobre cómo sería el nuevo funcionamiento de los pacientes Covid, respondió con una ironía propia de un grupo de wsp de vecinos de un consorcio: “preguntele a Ortíz Luna que dijo mentiras sobre nuestro hospital”. Sin dudas una respuesta fuera de lugar, porque se trataba de una requisitoria formal a una funcionaria. De alguna manera, estos “gestos” también evidencian cómo funciona el sistema de salud provincial, pieza clave para enfrentar esta pandemia en la provincia de Vaca Muerta.

Lo cierto es que Ortíz Luna se fue del SIEN con 17 trabajadores contagiados, de un servicio integrado por unas 100 personas. Esas 120 familias que son positivas (una 300 personas) y se encuentran en sus domicilios, ahora pasaron al control de los centros de salud y los hospitales. La propia médica, consultada por 24/7 Noticias, explicó que “les están dando atención telefónica, ahora habrá una reorganización en un momento clave”. “Evidentemente cuando uno se enfrenta a la realidad y esa realidad se transforma en la verdad, y esa verdad tienen que ver con la vida de las personas, una no puede ser cómplice. Estoy segura es que puse mi vida para ayudar a nuestro pueblo y mis compañeros hicieron lo mismo, por eso tenemos 17 contagiados, por exponernos”, opinó.

Otra certeza. Desde que declaró la pandemia, de manera estratégica el Comité de Emergencia reorganizó y definió sus recursos de la siguiente manera para la capital neuquina: además de los pacientes domiciliarios que puso bajo la órbita del SIEN, los otros hospitales Covid que funcionan en Neuquén son el Castro Rendón y el Bouquet Roldán.  El primero está destinado a los casos críticos, se montó un espacio en el 5° piso, con 39 camas y con personal dedicado exclusivamente a esa unidad. El segundo, tiene una capacidad de 23 camas, con posibilidades de sumar algunas más, pero sólo disponibles 10. Fuentes consultadas de la cartera que conduce Peve, confirmaron este número y explicaron que las limitaciones se deben, no a la cantidad de camas, sino al poco personal disponible. “Es escandaloso el número de guardias que se están haciendo, los médicos y enfermeros están cansados y no hay posibilidad de recambio”, confirmó la fuente. El mismo tema se le planteó a Ortíz Luna: ¿por qué se recargaban la mayoría de los pacientes en un solo servicio, como el SIEN?. “Hay trabas y una limitación que tiene que ver con lo gremial, como también enfermeros y médicos que tienen miedo y ofrecen resistencia a atender pacientes Covid”, explicó. ¿Y en el DUAM, cuántos pacientes hay internados?: “uno solo”, respondió.

Cuando se anunció la apertura del DUAM ante el previsible aumento de casos en la provincia, fue el propio gobernador Omar Gutiérrez quien dio los detalles. “Se podrá derivar personas con coronavirus a la Unidad de Cuidados Exclusivos Covid 19 (UCE), en aquellos casos en los que no sea posible garantizar el aislamiento de esos pacientes en sus domicilios”, para lo cual se montaron 150 camas. Este punto también fue parte del reportorio de enfrentamientos y críticas por parte de la ex titular del SIEN.

Otra certeza. En el ámbito privado, la única clínica por ahora destinada a pacientes Covid es la Pasteur, que ya está al límite de sus camas disponibles. Como se sabe, el Policlínico ADOS que inicialmente recibía estos pacientes, sigue cerrado tras el brote de coronavirus registrado hace un mes y del cual se desprendieron más de 70 contagiados. Uno de los enfermeros del ADOS, Julio Villalba, también denunció la falta de insumos para trabajar y se encadenó en las puertas del nosocomio, reclamando trabajo. "El resultado fue que me suspendieron porque dicen que doy una mala imagen. Yo le digo al gobernador Omar Gutiérrez que fue el propio Comité de Emergencia el que definió las medidas a seguir, y nos seguimos contagiando", declaró a este diario y 24/7 Noticias.    

Con estas evidencias, la actual crisis va más allá de la cantidad de casos, número de testeos y camas disponibles. Incluso, va más allá de las políticas sanitarias propiamente. Quizás por ello, los episodios de las últimas 24 horas generaron tanto “ruido”. Porque más allá de las personas -que en una estructura pueden cambiarse según las necesidades macro de funcionamiento- hay coincidencias que acá, quedó al desnudo la realidad del sistema de salud neuquino.

Los más pesimistas hacen esta cuenta: por un lado, de las 558 personas contagiadas, los trabajadores de salud representan el 12%. Son de la clínica Pasteur, del policlínico ADOS, de los hospitales Bouquet Roldán y Aluminé, del sanatorio San Lucas y del SIEN. Se sabe que, en la actualidad por criterio epidemiológico, ante un caso confirmado, se aísla preventivamente a todo el personal que mantuvo contacto estrecho con ese positivo. Y por el otro, quienes hoy dan positivo, es de prever que se contagiaron -por evolución de la propia enfermedad- hace 20 días.

A la ciudad de Neuquén y zona metropolitana le restan casi dos semanas claves para comprobar si efectivamente, los resultados permiten achatar la curva; ya que este aislamiento y aumento de restricciones tiene vigencia hasta el 17 de julio. Esos mismos pesimistas, muchos de ellos parte de este sistema de salud que hoy sangra, admiten que, si no se logra ese objetivo, el panorama será crítico porque como se explicó, no sólo depende de la cantidad de casos, sino y fundamentalmente, de la capacidad de poder atenderlos con el personal adecuado.

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