DÍA DE LA MUJER

De niñas buenas, a mujeres rebeldes

Reflexiones sobre el rol de la mujer y el libro "Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes".
sábado, 11 de marzo de 2023 · 20:08

Esta semana se reflexionó sobre los roles de la mujer en la sociedad, y tomé el libro "Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes". Al abrirlo, leí la siguiente dedicatoria: 

“A todas las niñas rebeldes del mundo:

sueñen en grande,

aspiren a más, luchen con fuerza

y, ante la duda, recuerden esto:

tienen razón”.

 

Inmediatamente empecé a pensar en qué es la rebeldía y cómo se aplaca con los años. Algunas excepciones nos demuestran lo contrario. Sin embargo, la última frase es la que me lleva a sonreír: “ante la duda: tienen razón”… ‘frente a lo incierto, es necesario creer  en esa voz interior que nos guía. Por este motivo es que en estas líneas quisiera pensar en dos mujeres: Lakshmi Bai y Ng Mui.  

Ambas asiáticas y expertas en defensa personal.  Estas guerreras enfrentaron el poder y el orden establecido con el cuerpo y sus ideas. Además, forjaron alianzas con otras mujeres con un objetivo que las trascendía: la libertad.

Lakshmi Bai era una joven nacida en Benarés, India. Ella practicaba lucha, levantamiento de pesas, y era una experta jinete. Se casó con maharajá Gangadhar Rao y se convirtió en reina. Tras la muerte de su esposo, debió defender su poder. Fue capturada, escapó, peleó legalmente pero su reclamo no fue atendido. Organizó un ejército rebelde, continuó luchando y murió en combate. Fue reconocida por sus enemigos como “la más valiente y peligrosa de los líderes rebeldes”. Ng Mui fue una monja budista, practicante de Kung fu shaolin que residía en el monasterio Sium Lam. Por desgracia, el templo fue atacado por la dinastía que estaba en el poder y Ng Mui y otros destacados guerreros debieron refugiarse en distintas partes de China. Ella conoció a una joven que era acosada por un matón que deseaba desposarla y frente al rechazo de Wing Chun (la pretendida) propuso un duelo entre ella y él. Si ella ganaba, no debía casarse, si él la vencía, no podría negar su mano. El enfrentamiento entre alguien más pequeño y débil requirió que Ng Mui la preparara con toda la inteligencia y sutileza de la que era capaz. Wing Chun venció a su oponente y fue libre, comenzó ahí la tradición de este arte marcial. 

De ambas historias, hay dos aspectos que es necesario destacar: las alianzas entre aquellas en desventaja, el hecho de pedir ayuda posibilitó una alternativa más ante la derrota. Y por otra parte, el conocimiento como herramienta que se transmite entre mujeres como un resabio de los orígenes de la sociedad como modo de supervivencia. Quizás, frente a  la mezquindad, estas historias nos permitan recuperar los resabios de lo que hace inclaudicable a una sociedad.

 

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