Insólita Patagonia

El mismo retrato, en el mismo lugar, 120 años después

Laura Ferro llevó adelante la hermosa tarea de sacar las mismas (¿las mismas?) fotos de antaño en un proyecto que la llevó a conocer sobre mareas, vientos, clima y  geología.
viernes, 7 de agosto de 2020 · 16:20

Laura Ferro es la mujer que se deja atravesar por el sur, la artista que se nutre de la estepa patagónica para fotografiar el tiempo. Es quien supo zambullirse en un tesoro familiar de fotos antiguas, quien se animó a repensar sus raíces hundidas en suelo inhóspito y quien se preguntó si podía ponerse en los pies de un fotógrafo pionero que registró la Patagonia del 1900.

¿Lo logró? En una entrevista intimista, Laura nos cuenta cómo es mirar el mismo paisaje que un desconocido hace 120 años.

¿Cómo nació la idea?

No sé exactamente de dónde. Yo estaba trabajando con el proyecto anterior, “Lo salvaje apareció en mis sueños”, y cuando estaba llegando a su resultado final, nació la idea. Una de las fotos de archivo de lo salvaje es una de las del segundo proyecto. Me refiero a la imagen de la pirámide de Puerto Pirámide (Chubut). Al ver esa imagen 120 años después veo que se transformó en una manera grotesca, ya no es una pirámide

Ver eso me empezó a generar intriga. En ese momento estaba haciendo un taller con Leila Tschoop y me generó intriga esto de revisar las fotos de  ese álbum del 1900 y empezar a ver si pasaba lo mismo con otro paisaje, cómo se encontraban hoy, después de 120 años.

 

En el año 1900, en estos mismos escenarios un fotógrafo pionero realizó los primeros registros fotográficos. Hace un tiempo que estoy en la búsqueda de su punto de vista, replicando sus mismas imágenes. 
Reflexión de Laura Ferro

 

¿Cómo fue el “detrás de escena”?

Antes de ir al sur a hacer estas fotografías, estuvimos desmembrando el paisaje en la clínica con Leila. Se veía que para volver a replicar una fotografía tenía que tener determinados conocimientos de la nubosidad para que sea lo más parecido a la nubosidad de la fotografía original; lo mismo con los vientos para que en el mar se viera el mismo oleaje en el mar; la luz para definir en qué horario hacer la foto…  Empecé a desmembrar el paisaje.

También reflexionamos sobre ese mismo paisaje hoy en día. Cómo se fue modificando en su dimensión histórico-social y política porque no es lo mismo un paisaje del 1900 cuando todavía ese territorio no estaba poblado a hoy en día, que debimos pedir permisos a la provincia, a propietarios de campos, atravesar un alambrados… Todas estas cuestiones no debieron ser hechas por el fotógrafo pionero.

 

 

¿Cómo fue el "detrás de escena"?

Más allá del antes y el después, me atrapó la idea de buscar ponerme en el mismo lugar del fotógrafo pionero, lograr encontrar esa huella que él eligió posar su cuerpo para esa toma, tratar de mirar la realidad de su mismo punto de vista. Lo interesante es que muchos lugares, por ejemplo el de la pirámide, fue una foto que la tomó desde abajo y el acantilado estaba erosionado, ese lugar después de 120 años fue carcomido por las olas, los vientos, las mareas y si bien la nueva foto fue muy similar no fue exacta. Es interesante ver cómo, por ejemplo, ese pedazo de piedra ya no está más. Es una muy linda sensación encontrar ese mismo punto de vista. 

¿Y el día a día del proyecto?

Antes de ir a hacer la toma chequeaba el viento y la nubosidad para buscar las mismas características en la imagen original. Y miraba las tablas de las mareas y la hora de la toma. Antes de cada registro debe ajustar esas variables.

La mayoría de las imágenes me imaginaba o sabía desde dónde hacer la toma. En algunas, gente del lugar -un marisquero me pudo guiar un poco por el Golfo San Jorge- me ayudaba. Una vez que llegaba al lugar, cuando encontraba la escena tomaba las coordenadas y hacía un par de tomas.

 

Una parte del pasado congelado en una imagen, y dos huellas que se encuentran en el mismo lugar, en otro tiempo, o quizás en el mismo.
Reflexión de Laura Ferro

 

¿Sabés quién fue ese fotógrafo pionero?

Lo más interesante fue lograr encontrar ese punto de vista del fotógrafo pionero, que también en esta búsqueda detallada quise buscar quién era. Contacté a un historiador de fotografía, que se llama Luis Príamo y me dijo que era muy difícil determinar quién era el fotógrafo pero sí me dio algunos indicios. Me dijo que podía ser un fotógrafo contratado por las empresas de ferrocarriles porque la foto era del álbum de la construcción del ferrocarril de la Península Valdés. Me dijo que podía llegar a ser Carlos Foresti o Henry Bowman, fotógrafos de la época, pero no lo podía confirmar con certeza. 

La única incertidumbre es quién fue aquel fotógrafo.

Varias veces mencionaste la importancia de ponerse en los pies del fotógrafo pionero, ¿sentís que lo lograste?

Si. Si yo me paro en lugar distinto al suyo, el punto de vista no es el mismo. Entonces, como logre el mismo punto de vista, tuve  esa sensación. Es lindo descubrir que en ese mismo lugar hubo otra persona que miró lo mismo. 

 

 

¿Cómo sigue?

No sé, lo pensé sin forma. No lo empecé diciendo “después va un libro o una presentación“, la realidad es que no me concentré en eso sino en el recorrido, en ver si lo podía lograr y en dónde me llevaba esta investigación.

Fue un proyecto que pude hacer gracias al Fondo Nacional de las Artes, que me dio una beca. Me fui un mes y medio al sur para llevarlo adelante.

Me imagino que puede ser un libro con las imágenes del antes y el después, con los datos ecológicos, científicos, las experiencias como un diario de viajero de principio de siglo. Todo ese lado de aventura, de sumergirme en ese universo es lo que me gustaba y si el proyecto fuera un libro, sería uno así: no sólo con las imágenes sino con todo el material utilizado y las notas tomadas. También puede ser un proyecto para exponerse, lo presenté en Bienal Sur 2021 hace un mes y entre  julio y agosto se analizan los proyectos. No tengo mucha idea, dejo que se vaya macerando solo.

 

Me atrapó la idea de buscar ponerme en el mismo lugar del fotógrafo pionero, lograr encontrar esa huella que él eligió posar su cuerpo para esa toma, tratar de mirar la realidad de su mismo punto de vista.

 

¿Cómo te sentís?

Cuando uno empieza estas cuestiones no sabe si lo va  a poder lograr o no. Siento como que cada investigación que hago me abre mi punto de vista. Primero indagué en algo más familiar, después fui a la geografía -que está atravesada por la cuestión familiar pero también por otras cuestiones que no implican un universo tan íntimo- y creo que me genera ir abriendo mi mirada o mi búsqueda. Quizá mi proyecto no se valga solo de la fotografía sino una instalación. Cada proyecto que se cierra abre algo nuevo y son todas búsquedas personales. Estas búsquedas tienen que ver con mi esencia, con mi crianza y con mis primeros años en la Patagonia.

 

 

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