MODA CONSCIENTE

ELLE VAN TOK: cuando la lencería invita al goce de todos los cuerpos

Un emprendimiento de lencería erótica que nació en 2012, se volvió referente en talles inclusivos y tiene como modelos a su propia clientela, se animó al salto y hoy triplica las ventas volviéndose cada vez más federal.
miércoles, 28 de abril de 2021 · 15:04

Maru Arabehety es la capitana de esta marca que rompió todo tipo de estereotipos. Cuando empezó a cranearla, hace 9 años, no existía en el mercado lencería erótica pensada para cualquier tipo de cuerpo, asique empezó por el principio. Se capacitó, viajó, concursó y a su regreso se dedicó de lleno a poner en marcha un emprendimiento que además de ser un negocio es mucho más. Elle van Tok es una marca de ropa interior y accesorios que busca tener impacto social, que promueve la economía colaborativa, la integración social y la protección ambiental, además de tener un fuerte compromiso con la diversidad y la sororidad.

Hoy tiene sede en Bariloche, allí vive Maru con sus dos hijos y marido, donde tiene parte de la producción y sigue de cerca la sede porteña desde donde se proveen de los textiles y demás insumos para completar otras líneas de producción con talleres y cooperativas textiles. A 16 km de la ciudad, inmersa en el bosque, diseña nuevos conjuntos, planifica alianzas, mantiene contacto fluido con las más de 30 mujeres que forman parte de la marca y sigue apostando a la fórmula de la sustentabilidad + integración social.


Foto: Maru Arabehety trabajando en su sede en Bariloche, allí tiene la producción de los arneses.

 

SEXYS POR PRIMERA VEZ

Todo comenzó en Buenos Aires, cuando Maru, Diseñadora de Indumentaria dedicada al diseño de calzado, se despojó de viejos mandatos y decidió tomar otro rumbo. Uno en donde había muchas mujeres excluidas y deseosas de poder encontrar en una prenda, una manera de sentirse sexys por primera vez. “Me anoté en un concurso de la marca de lencería Triumph, quedé finalista y a partir de ahí entré en una rueda de contactos y capacitaciones que fueron los pilares fundamentales de mi proyecto. Recién se empezaba a hablar de los talles inclusivos y el sistema que ellos manejan, contorno de espalda, contorno de bajo busto, medidas de busto, etc. Fue el puntapié para repensar una nueva tabla de talles que incluyera a todo tipo de cuerpos”, cuenta por teléfono.

 

Foto: La marca tiene un gran compromiso social, promueve la economía colaborativa trabajando con cooperativas textiles y la protección ambiental trabajando con materiales sustentables. Es inclusiva, apoya la diversidad y sororidad e invita al goce de cuerpos libres en todas sus formas.
 

Cuando tuvo la primera línea de productos, la aceptación fue total. Corpiños y bombachas con juegos de tiras y cierres, arneses con múltiples elásticos, bodys con aberturas y caderines calados fueron parte de producciones de fotos que salieron en más de diez revistas incluida la Vogue España. “Fue explosivo y nos dio mucha visibilidad. Nuestra primera clienta fue la presidenta de Sadomasoquismo en Argentina y a partir de ahí muchas mujeres nos empezaron a escribir”, relata.

La página web empezó a ser un lugar de mucha consulta, desembarcaron en redes sociales y abrieron un bunker en Palermo para que funcionara como showroom de ventas y ciclo de charlas y talleres para empoderar mujeres.

 

Foto: Desde la tienda on line se manejan las ventas a todo el país. El 45% se lo lleva Buenos Aires, Río Negro concentra el 20% de las ventas y el 30% restante va hacía el resto del país. ¡La marca se está volviendo cada vez más federal!


“Los primeros años, si bien los conjuntos salían en editoriales de revista, nos pasó que se daba en cuerpos de modelos hegemónicas con producciones fabulosas y empezamos a entender que ese era un mensaje que no queríamos dar. Yo pedía modelos más curvilíneas y luego en las fotos, les hacían tanto retoque que perdía toda la esencia de nuestros valores”, describe Maru. “A partir de ahí dejamos de buscar modelos profesionales para campañas y elegimos ir por otro camino. Nos pasó que mujeres referentes de otras áreas nos conocieron y se identificaron tanto con la marca y nuestra misión que se propusieron colaborar, posar para las fotos y ser divulgadoras de la marca. Algunas de ellas hoy son nuestras madrinas como Luciana Peker, Muriel Santa Ana y Tatiana Baigorria”.

 

Foto: Elle van Tok, la marca de lencería erótica que se adapta al cuerpo de las personas.

 


NEGOCIO SOSTENIBLE

El emprendimiento es un negocio y Maru lo expresa con naturalidad. “La marca es negocio porque tiene que funcionar, dar ganancias, permitir el pago de sueldos a parte del equipo, comprar insumos, producir, pero todo eso también se puede hacer teniendo un impacto positivo en el medio ambiente y para el bien común. Pensando en quiénes hacen las prendas, trabajando con talleres textiles y cooperativas autogestionadas, teniendo en cuenta el packaging con bolsas reutilizables y etiquetas plantables, explorando el desarrollo de nuevas prendas de bioplástico a partir de la papa, palta y semilla como venimos haciendo este último tiempo, e incluyendo nuevos kits de productos ciento por ciento naturales para el pelo y la higiene íntima. Todo para que sea los más sustentable posible  Esa es nuestra premisa y así seguimos surfeado la ola estos últimos años”.

 

Foto:  Para la marca, mostrar todos los actores y pasos sobre cómo y quién hace la ropa es fundamental. "Nuestros valores, misión y visión son nuestro eje. Muchas veces rechacé fotos y canjes de famosas por no estar de acuerdo con el contenido que se iba a dar", cuenta Maru.

 

Durante la pandemia muchos de sus proveedores textiles nacionales quebraron, tuvieron que salir en busca de nuevos, esta vez brasileros, y la cosa se puso áspera. El bunker de Palermo bajó la persiana y hubo que cambiar la estrategia. La venta virtual se instaló, el #QuedateEnCasa propició el autoconocimiento y entre clicks, sextings, encuentros íntimos y autoamor los envíos empezar a despacharse con ritmo.

“Fue un año durísimo donde a pesar de todo crecimos también como marca. De 5 puntos de venta en el país, pasamos a 41 puntos de venta mayorista. Triplicamos las ventas y nos volvimos una marca cada vez más federal. Logramos llegar a más mujeres, hombres y trans de cuerpos hermosos y distintos con nuestras prendas, y cumplimos el objetivo de ser apoyo y sostén de personas que alguna vez sintieron vergüenza de disfrutar de su propio cuerpo”, explica.

“Cada día me llegan mails con fotos y mensajes de mujeres y parejas felices que se animan a compartir su experiencia. Mandan sus selfies luciendo lo que se compraron, algunas hacen producciones, se juegan a mostrarse, desafían miedos y trabas y nosotras no podemos estar más contentas. Lo que en un momento lamenté perder a causa de la pandemia de ver a las mujeres probarse y enseñarles cómo se usa un arnés hoy lo tengo a través de sus fotos”, resume con orgullo.

Foto: Maru Arabehety.

 

 

A partir de esto Maru abrió el juego, todas las imágenes que la marca tiene en sus redes son de clientes que quieren ser parte y mostrar mucho más de lo que se ve. Elle van Tok logró lo que todos quieren: seguidores que están creando a conciencia y genuinamente la identidad de marca. Es que en definitiva, y no hace falta la aclaración, lo que importa es lo de adentro.

 

 

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